El otro día un tipo que me cae especialmente bien y que me parece sorprendentemente avispado me decía que había que dejar que la vida ponga cosas de por medio, que había que aceptar las sorpresas que se te plantean.
Como no puede ser de otra manera, haciendo gala de mi oposición férrea a perder el control de los elementos, me limité a poner cara de sorprendido y asentí. Concluí el tema anunciando mi admiración hacia su forma de ver la vida, no lo debió entender porque me dijo que él también me admiraba.
Una vez en casa repensé varias veces el concepto. Como una hostia que cae del cielo, el pensamiento se instaló en mi nuca. Al rato caí en la cuenta de que el factor “azar” es, indiscutiblemente, uno de los mayores resortes que ha influido en mi vida.
Extenuado de tanto pensamiento decidí enterrar el tema haciendo esta ilustración. Todavía no sé si este chamán marroquinero tenía razón… Sea como fuere, el concepto me pareció merecedor de un dibujillo y aquí lo tienen.
3 de febrero de 2023